Conchita Martínez fue escogida como capitana del equipo de Copa Davis el pasado mes de julio. En poco más de 2 meses, la campeona de Wimbledon en 1994 ha tenido que hacer frente a dos eliminatorias muy importantes para el futuro del equipo español. La primera (con muy poco tiempo de preparación) terminó con mal sabor de boca ya que tras un 0-2 esperanzador, España terminó cayendo ante Rusia por 3-2. Esa derrota supuso que España tenga que esperar hasta 2017 para poder volver a jugar en el Grupo Mundial. A pesar de las críticas, Conchita no se ha venido abajo, ha seguido trabajando y ha demostrado que es muy respetada por todos los tenistas españoles debido a su experiencia a nivel profesional. Prueba de ello fue la presencia de Rafa Nadal y David Ferrer (los dos mejores tenistas nacionales) en la eliminatoria ante Dinamarca tras muchas eliminatorias de ausencia. El respaldo y la confianza de los jugadores hacia un capitán es básico para obtener buenos resultados y parece que la aragonesa lo ha conseguido. Veremos si esa confianza se traduce en cumplir los objetivos marcados para el próximo año.
Decisión lógica
Parece que la decisión de nombrar a Conchita Martínez como capitana del equipo de Copa Davis en lugar de Gala León ha sido bastante lógica y acertada. Es indudable que Conchita tiene mucha más experiencia que no Gala León, y por lo tanto, puede comprender mejor las sensaciones que tiene un tenista en partidos de alto nivel. La confianza que ha recibido des del primer momento por parte de la Federación ha sido absoluta y no solo eso, sino que cuenta con el apoyo de los y las tenistas que tiene al mando.
La derrota ante Rusia fue muy dolorosa por la manera en la que se produjo pero Conchita siguió trabajando y nadie de los que había apostado por ella dejó de apoyarla. Llegó septiembre y consiguió ganar su primera eliminatoria ante Dinamarca en Odense de forma contundente y sin problemas. Es evidente que Conchita y la propia Federación tienen que hacer un balance positivo de estos dos primeros meses de la aragonesa como capitana. 2016 debe ser el año en que ambos equipos puedan relanzarse y volver a ser sólidos. El reto está ahí y Conchita tiene experiencia y recursos para poderlo asumir.
Reto mayúsculo
El año 2016 se antoja clave para Conchita Martínez. Y es que la ex tenista aragonesa va a tener que compaginar sus labores al frente del equipo de Copa Davis con las de la Copa Federación. Dicho de otra forma, Conchita es la máxima responsable tanto del equipo de tenis masculino como del equipo femenino. Está claro que el próximo año no va a ser nada fácil para ella. Como ventaja, cuenta con un gran respaldo por parte de los tenistas pero va a tener dos dificultades importantes: en primer lugar, la presión que va a tener que soportar en caso de no conseguir buenos resultados sobre todo en el equipo masculino que debe volver al Grupo Mundial en cuanto antes, y en segundo lugar, va a tener que hacer frente a un calendario muy sobrecargado con los JJOO de por medio. Veremos si Conchita es capaz de superar estas adversidades y devolver la ilusión tanto al tenis masculino como al tenis femenino. Ambición y ganas seguro que no le faltaran.