Cuando un entrenador se hace cargo de un equipo siempre intenta darle su toque personal y el reto que aceptaba Mourinho con el Tottenham no era sencillo, con una plantilla necesitada de cambios y de una mentalidad diferente por el momento que atravesaba.
Al comienzo y durante toda la temporada pasada costaba ver al Tottenham tener personalidad y estilo, siempre con muchos altibajos, un equipo que no era compacto y eso hacia dudar de que el técnico luso pudiese hacerse con los mandos.
Pero esta temporada con los cambios en la plantilla y más tiempo para trabajar las cosas van funcionando, con los roles muy definidos en los jugadores ya vemos que Mourinho ha conseguido que el Tottenham tenga las ideas y un estilo claros.