De la euforia a la decepción, y viceversa, solo hay un paso. En el mundo del fútbol, los resultados marcan el camino y fijan los estados de ánimo.
El entorno blaugrana refleja ese aturdimiento general por unos resultados deportivos negativos y por una proyección de futuro dañada por la difícil situación económica y la deriva institucional que se dirime en las urnas democráticas en plena disputa de la temporada.
No hay tiempo para el lamento y ya este domingo vuelve la liga en horario atípico de mediodía y con la presencia del Cádiz. En esta liga asintomática, no hace “una vuelta” del partido de ida, sino apenas dos meses y medio del encuentro celebrado en el estadio Ramón de Carranza y que significó la última derrota liguera del FC Barcelona (2-1). A partir de ahí, se tocó fondo y los más pesimistas aficionados y otros agüeros profesionales vieron al Barça, incluso, fuera de Europa en la próxima campaña.
Desde esa fecha negra en el calendario de este curso, el Barça enderezó el rumbo para mostrarse imbatido en la competición, ya que los descalabros los remitió a la Copa (2-0 ante el Sevilla FC) y a la Champions League (0-3 de la Juventus y el 1-4 sufrido ante el P.S.G.).
En liga, se ha mostrado imbatido desde esa referencia con el equipo amarillo y ha sumado 32 puntos sobre 36 posibles, cediendo solo dos empates, aunque con la decepción doméstica en la visita del Éibar. Se acumula un pleno de siete triunfos consecutivos que le permitió igualar en la clasificación general al Real Madrid, aunque un partido jugado de más le ha vuelto a poner en ventaja, y reduciendo la distancia a nueve puntos con respecto al líder Atlético.
El FC Barcelona siempre ha luchado contra las urgencias históricas. Le obliga su dimensión deportiva y social. Deberá salvar el escollo, no fácil, ante el Cádiz y una jornada clave será el regreso al estadio Sánchez Pizjuán el 27 de los corrientes, con el vestido mental de la liga y el objetivo de resarcirse de la derrota padecida en Copa del Rey.
Quedan aún muchos puntos a sumar y los cuatro aspirantes al trono disputarán partidos entre ellos que dejarán heridos en los duelos. Como escribimos ayer, aún hay liga y el Barça no debe desfallecer, por mucho que el último resultado en clave europea le dejara al borde del abismo.
La regularidad del presente ayudará a la construcción del Barça del próximo curso que debe tener en Pedri, Araujo, Ansu Fati, Dembélé, De Jong, Dest, Ilaix Moriba y “el atado” Éric García sus máximos exponentes, a los que podrían sumarse Riqui Puig, Konrad, Collado y algún tapado. Con la aportación de los más veteranos y aún jóvenes, como Ter Stegen y Sergi Roberto, que pueden hacer que Piqué, Busquets, Alba y Messi alcancen a vivir una segunda juventud en blaugrana. Y con Ronald Koeman en el banquillo. O así piensa nuestra pluma.
@albertgilper
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